Apocalipsis de Perrot de Nesle
Item
Titulo original (dcterms:title)
Apocalipsis de Perrot de Nesle
Apocalypse ; La Prophétie de la Sibylle tiburtine
Título Alternativo (dcterms:alternative)
Los dichos de los filósofos
El romano de Tebas
Autor (dcterms:creator)
Perrot de Nesle
Benoît de Sainte-Maure
Múltiple
Wace Robert
Gui de Cambrai
Iluminador (dcterms:contributor)
Múltiple
Fecha de Creación (dcterms:created)
En línea: 23/03/2015
Idioma (dcterms:language)
francés
Lugar de origen (dcterms:spatial)
Francia
Tipo (dcterms:type)
Manuscrito iluminado
Formato (dcterms:format)
Encuadernación roja de Marruecos con los brazos de Luis XV
718 páginas
Descripción de la imagen (dcterms:description)
El apocalipsis corresponde al último apartado del Nuevo Testamento. Es uno de los libros con mayor simbolismo, cuyo carácter profético ha fascinado el imaginario de cientos de tratadistas, teólogos, filósofos, historiadores del mundo entero. El manuscrito está compuesto por dos unidades codicológicas del mismo formato. Firmas de raspador del siglo XV que datan del ensamblaje de las dos unidades. Primera unidad escrita en dos columnas, número de filas variables. Foliación del siglo XVIII en números arábigos.
Escrito en latín entre 1288 y 1317, escrito en caracteres góticos, este Apocalipsis está ilustrado con dibujos ingenuos con poco color. Forma parte de las obras de Perrot de Nesle, encontradas por Siglo XIII, a quien también debemos versos y novelas. No se sabe quién es el ilustrador de este Apocalipsis.
Respecto de la encuadernación un hecho parece haber pasado desapercibido, esto se debe a que los cuadernos que componen el conjunto dan testimonio de la soldadura. Estas son firmas en números romanos, trazadas sin mucho cuidado, con un raspador en lugar de con una punta seca, en el margen inferior del último reverso de cada folleto, liso con las marcas a veces apenas son visibles. Esta numeración es continua y desnuda. Parece haber sido hecho a la vista y en momento del encuentro de las dos partes, por el mismo encuadernador o al menos para su intención, en el transcurso del siglo XIV (es improbable que sea de finales del siglo XIII; es más probable que obedezca al siglo XV).
En cuanto a la foliotación, en números arábigos, es mucho menos antiguo, y no podría ser anterior al siglo XVI. Vemos, por lo tanto, la versión glosada, en latín, del Apocalipsis. Con dos columnas por página, cada uno coronado por un dibujo en color. Para referir fácilmente de uno a otro de los pasajes correspondientes de los dos versiones, latín y francés, uno de los primeros propietarios de la colección. En el margen superior de f. 27 ', leemos las palabras es propiedad de Seneke. Las 33 hojas de esta colección forman 5 cuadernos. Firma I, en el raspador, está en f. 6 ', pero el primer portátil era en realidad un cuaderción que ha perdido, antes de la foliación, una hoja entre las F. I y 2 (Apocalipsis, IV, 9-V, 14) y otro entre f. 3 y 4 Apocalipsis., VII, 16-VIII, 9)
La palabra “sibila” procede, vía latín, de la palabra en griego antiguo σιβνλλα. Varrón3 hace derivar la primera parte del nombre del eolio σιός (θεός) y la segunda del eolio βύλη (βουλή), significando pues "consejo del dios". En la interpretación cristiana, la Tiburtina prevé, en un sueño profético (Explanatio somnii), la caída y el fin apocalíptico del mundo. Encontramos a la Sibila Tiburtina en la Edad Media representada también sosteniendo en una mano una referencia a sus profecías en un libro, rollo o filacteria.
El acróstico Ἰησοῦς Χριστὸς Θεοῦ Υἱὸς Σωτήρ (“Jesucristo, hijo de Dios, Salvador”), cuyas iniciales forman a su vez otro acróstico: ἸΧΘΥΣ (“pez”, símbolo de los primeros cristianos) pretenden demostrarse que el origen divino de Jesucristo ya estaría predicho desde tiempos inmemoriales. Estos versos se conocen como (Iudicii signum) porque la traducción al latín hecha por San Agustín comenzaba así, y hablaban de las señales que anunciarían el fin del mundo, como antesala del Juicio Final y la segunda venida de Cristo.
La profecía de la Sibila Tiburtina Sibila Tiburtina es una pseudoprofecía apocalíptica existe entre los Oráculos sibilinos, que se atribuyó a la Tiburtine Sibyl. Su primera versión puede datar del siglo IV, pero en la forma en que sobrevive hoy, fue escrita a principios del siglo XI y ha sido influenciada por la Apocalipsis de Pseudo-Methodius.
El discurso visual seleccionado corresponde a cuatro imágenes de representación del apocalipsis. Los folios elegidos corresponden a 8v, 9r, 9v y, de manera fascinante, el 16 r, una representación del monstruo del infierno. Respecto, tres referidas a la Bestia del Apocalipsis (en griego: Θηρίον, Thērion) una figura de la escatología cristiana que aparece en el capítulo XIII del libro del Apocalipsis del Apóstol San Juan, que encuentra coincidencia con la anticipada visión profética de Daniel 7:1-7 respecto de la visión de las cuatro bestias, mismas que simbolizan una sucesión de reinos salen del mar con las formas de león, oso, leopardo y una bestia con diez cuernos.
Según Apocalipsis 13:1 el profeta Juan la vio "surgir del mar, teniendo siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cuernos diez coronas, y sobre sus cabezas nombres de blasfemia". La bestia descrita tiene el propósito de promover la autoridad de otra bestia superior con la capacidad de realizar grandes señales con las que había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, que está comúnmente asociada al número 666. Además, que al adorar su imagen, hacen descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Esta segunda bestia también es llamada el falso profeta. Apocalipsis 19:20.
Estas representaciones resultan interesantes en el imaginario pictórico, el profeta aparece fuera de cuadro, observando las escenas donde la bestia ejecuta la destrucción y el fin de los tiempos. El personaje del profeta se presenta con una areola, túnicas que varían de colores dentro de los escasos y colores primos. Se trata de una imagen lineal, marcada por el dibujo, con pocos elementos pictóricos. Se presentan incipientes elementos de una perspectiva visual, más bien en primer plano, que delimita la profundidad para crear un espacio. La forma es pretendidamente natural, si bien algunas proporciones como los rostros y manos no concuerdan en proporción, aún mantiene un peso visual a través de las líneas que delimitan el contorno de todos los personajes. Eventualmente, la representación del infierno se nos presenta como una de las alusiones más caóticas y llenas de detalles. Algunos de los demonios representados aparecen con raspaduras o desgaste, lo que puede sugerir una intensión respecto del tallado de la forma.
Escrito en latín entre 1288 y 1317, escrito en caracteres góticos, este Apocalipsis está ilustrado con dibujos ingenuos con poco color. Forma parte de las obras de Perrot de Nesle, encontradas por Siglo XIII, a quien también debemos versos y novelas. No se sabe quién es el ilustrador de este Apocalipsis.
Respecto de la encuadernación un hecho parece haber pasado desapercibido, esto se debe a que los cuadernos que componen el conjunto dan testimonio de la soldadura. Estas son firmas en números romanos, trazadas sin mucho cuidado, con un raspador en lugar de con una punta seca, en el margen inferior del último reverso de cada folleto, liso con las marcas a veces apenas son visibles. Esta numeración es continua y desnuda. Parece haber sido hecho a la vista y en momento del encuentro de las dos partes, por el mismo encuadernador o al menos para su intención, en el transcurso del siglo XIV (es improbable que sea de finales del siglo XIII; es más probable que obedezca al siglo XV).
En cuanto a la foliotación, en números arábigos, es mucho menos antiguo, y no podría ser anterior al siglo XVI. Vemos, por lo tanto, la versión glosada, en latín, del Apocalipsis. Con dos columnas por página, cada uno coronado por un dibujo en color. Para referir fácilmente de uno a otro de los pasajes correspondientes de los dos versiones, latín y francés, uno de los primeros propietarios de la colección. En el margen superior de f. 27 ', leemos las palabras es propiedad de Seneke. Las 33 hojas de esta colección forman 5 cuadernos. Firma I, en el raspador, está en f. 6 ', pero el primer portátil era en realidad un cuaderción que ha perdido, antes de la foliación, una hoja entre las F. I y 2 (Apocalipsis, IV, 9-V, 14) y otro entre f. 3 y 4 Apocalipsis., VII, 16-VIII, 9)
La palabra “sibila” procede, vía latín, de la palabra en griego antiguo σιβνλλα. Varrón3 hace derivar la primera parte del nombre del eolio σιός (θεός) y la segunda del eolio βύλη (βουλή), significando pues "consejo del dios". En la interpretación cristiana, la Tiburtina prevé, en un sueño profético (Explanatio somnii), la caída y el fin apocalíptico del mundo. Encontramos a la Sibila Tiburtina en la Edad Media representada también sosteniendo en una mano una referencia a sus profecías en un libro, rollo o filacteria.
El acróstico Ἰησοῦς Χριστὸς Θεοῦ Υἱὸς Σωτήρ (“Jesucristo, hijo de Dios, Salvador”), cuyas iniciales forman a su vez otro acróstico: ἸΧΘΥΣ (“pez”, símbolo de los primeros cristianos) pretenden demostrarse que el origen divino de Jesucristo ya estaría predicho desde tiempos inmemoriales. Estos versos se conocen como (Iudicii signum) porque la traducción al latín hecha por San Agustín comenzaba así, y hablaban de las señales que anunciarían el fin del mundo, como antesala del Juicio Final y la segunda venida de Cristo.
La profecía de la Sibila Tiburtina Sibila Tiburtina es una pseudoprofecía apocalíptica existe entre los Oráculos sibilinos, que se atribuyó a la Tiburtine Sibyl. Su primera versión puede datar del siglo IV, pero en la forma en que sobrevive hoy, fue escrita a principios del siglo XI y ha sido influenciada por la Apocalipsis de Pseudo-Methodius.
El discurso visual seleccionado corresponde a cuatro imágenes de representación del apocalipsis. Los folios elegidos corresponden a 8v, 9r, 9v y, de manera fascinante, el 16 r, una representación del monstruo del infierno. Respecto, tres referidas a la Bestia del Apocalipsis (en griego: Θηρίον, Thērion) una figura de la escatología cristiana que aparece en el capítulo XIII del libro del Apocalipsis del Apóstol San Juan, que encuentra coincidencia con la anticipada visión profética de Daniel 7:1-7 respecto de la visión de las cuatro bestias, mismas que simbolizan una sucesión de reinos salen del mar con las formas de león, oso, leopardo y una bestia con diez cuernos.
Según Apocalipsis 13:1 el profeta Juan la vio "surgir del mar, teniendo siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cuernos diez coronas, y sobre sus cabezas nombres de blasfemia". La bestia descrita tiene el propósito de promover la autoridad de otra bestia superior con la capacidad de realizar grandes señales con las que había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, que está comúnmente asociada al número 666. Además, que al adorar su imagen, hacen descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Esta segunda bestia también es llamada el falso profeta. Apocalipsis 19:20.
Estas representaciones resultan interesantes en el imaginario pictórico, el profeta aparece fuera de cuadro, observando las escenas donde la bestia ejecuta la destrucción y el fin de los tiempos. El personaje del profeta se presenta con una areola, túnicas que varían de colores dentro de los escasos y colores primos. Se trata de una imagen lineal, marcada por el dibujo, con pocos elementos pictóricos. Se presentan incipientes elementos de una perspectiva visual, más bien en primer plano, que delimita la profundidad para crear un espacio. La forma es pretendidamente natural, si bien algunas proporciones como los rostros y manos no concuerdan en proporción, aún mantiene un peso visual a través de las líneas que delimitan el contorno de todos los personajes. Eventualmente, la representación del infierno se nos presenta como una de las alusiones más caóticas y llenas de detalles. Algunos de los demonios representados aparecen con raspaduras o desgaste, lo que puede sugerir una intensión respecto del tallado de la forma.
Identificador (dcterms:identifier)
Derechos (dcterms:rights)
Dominio Público
Bibliothèque Nationale de France
domaine public
Biblioteca Nacional de Francia





